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12:10 p.m. Tras ser liberado, el folclorista José Yamil Cure se va de Barranquilla como medida de seguridad Estuvo detenido durante 11 días acusado por el delito de rebelión. La Fiscalía se abstuvo de dictarle medida de aseguramiento y ordenó su libertad. “¿Qué viene ahora? Por lo pronto, marginarme de mi trabajo cultural y reconstruir mi vida y la de mi familia”, expresó a EL TIEMPO el folclorista antes de salir de la ciudad por medidas de seguridad. El folclorista del Carnaval de Barranquilla fue detenido el pasado 2 de octubre tras ser inculpado por tres reinsertados bajo protección de transportar armas y uniformes de las Farc en La Guajira. Aunque quedó en libertad, seguirá vinculado a la investigación. Para Cure, quien hace parte del equipo que tiene la misión de afianzar el Plan Decenal del Carnaval de Barranquilla como requisito que exige la Unesco para mantenerle a la fiesta el reconocimiento de obra maestra del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, lo que vive es una experiencia triste, tenebrosa y frustrante. “Es una violación carnal”, sostiene, al tiempo que critica y califica de débil la labor de inteligencia que vienen desempeñando los organismos de seguridad del Estado porque “van contra toda ética”. Eso, en criterio de Cure, ha creado un estado de zozobra en la ciudad. “Primero (Alfredo) Correa, después Cure ¿quién será el próximo? ¿otro cabellón? ¿un librepensador demócrata? ¿el homosexual? ¿quién será?”, son las inquietudes que se plantea y que también les escucha a sus amigos cercanos. “Quiero pensar en dos hipótesis. Una que fue una equivocación, quizás por lo de mi apariencia física, cabellón, desaliñado; y otra, una mano oscura que planeó esto para perjudicarme en mi vida profesional y para esto hay que ser un criminal”, responde Cure al interrogante sobre el origen de su vivencia. Dice que su caso tiene coincidencias con el del sociólogo Alfredo Correa De Andreis, que fue asesinado el pasado 17 de septiembre y quien había estado preso en Cartagena por el mismo delito. “Vivimos a cuadra y media en el mismo barrio; físicamente de apariencia similar; trabajamos en asuntos similares con lo social, él con los desplazados y yo con la cultura; y estamos cerca de un albergue de reinsertados”. No descartó dejar el país en forma definitiva. Por lo pronto solo saldrá de Barranquilla a descansar. “Es difícil desarragairse de lo que uno quiere. Voy a descansar y tratar de tener una vida normal. Sé que tengo que cuidarme, salir menos. Siento que no hay garantía para mi vida y no hay situación de seguridad, pero no estoy acusando a nadie, que eso quede bien claro”. Por último, Cure manifiesta que pese al estado de zozobra que vive se considera un afortunado por el apoyo que tuvo de organismos nacionales e internacionales, amigos y familiares, pues durante su detención se enteró de casos similares de personas, acusadas de rebelión por testigos anónimos, que están tras las rejas sin que aún les hayan resuelto la situación. El pasado lunes, la esposa de Cure le pidió al alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, Michael Frühling, la protección de su familia para abandonar el país una vez Yamil recobrara su libertad. Barranquilla |